Este mes ha estado tan cargado de trabajo, intensidad y velocidad que no he tenido tiempo de parar a ver, a escuchar. Eso hice el sábado. Fui a una caminata en el bosque y a un viaje interior muy profundo y lejano. Fui a analizar si mi vida y relaciones están en Ayni. Ese término de la cultura andina se refiere a la reciprocidad que debe haber en la vida y en sus relaciones para que todo coexista en equilibrio. Cuando no hay ese Ayni la energía no fluye, nuestra energía no fluye.
Es muy fácil no darte cuenta de esa falta de Ayni y vivir pensando que todo está bien. Creo que nuestra mayor responsabilidad es analizar la forma en que nos desenvolvemos para ser conscientes de nuestro papel en las relaciones que tenemos. Normalmente volteamos a analizar ésto cuando está ya totalmente fuera de balance pero creo que es importante hacerlo periódicamente para que los ajustes sean viables. Tenemos tanto miedo de ver nuestros errores y de enderezar caminos, que a veces preferimos ser ciegos, sordos y mudos pero eso nos enferma, nos engorda y nos roba el sueño. Hay que entrar a nuestro corazón más a menudo para poder determinar cómo estamos y si vamos por el camino correcto. Hay que ser capaces de ver nuestros errores y los de nuestros seres amados.