Hace muchos años que he oído sobre las constelaciones familiares y su gran resultado pero a pesar de que llevaba cazando una hace año y medio, las cosas llegan cuando tienen que llegar. Yo no quería constelar con cualquier persona, todos mis amigos del camino me habían recomendado a José Luis Acuña (amigo también) y qué mejor que con la manita mágica de Marta Carpio y Ramón Pous de por medio. Ayer se dio esta mágica combinación y lo hice.
Fue poderoso, fuerte, desgarrador en momentos pero sanador hasta más no poder. Trabajé a mi familia nuclear porque me pareció que lo primero es lo primero y que para poder arreglar cualquier asunto de mi vida debía empezar por la vida que me dio vida. Salí de ahí más plena, mas contenta y muy sensible. Salí de ahí dándome cuenta de nuevo, de cuáles son las cosas que no voy a repetir en mi vida y las cosas que no pienso aceptar más. Es muy importante saber cuáles son los roles que has adoptado en tu vida que te sirven y cuáles son los que ya no sirven más. Es importante saber decir cuando las cosas no te parecen, aunque tu familia o gente cercana no lo logre comprender de inicio. Tu cambias todos los días al igual que los demás pueden hacerlo, el tema complejo es cuando los demás deciden NO hacerlo y se molestan con tu cambio. Hoy me estrené en este renacer 4.3 con roces y situaciones que podrían haber sido aceptadas en mi YO anterior pero creo que es cuestión de ajustes a este nuevo YO. Me queda claro que tengo un gran camino por andar y mucho que arreglar pero también me queda claro lo que ya he ido ajustando a lo largo de mis últimos 5 años. Gracias Gran Espíritu, Pachamama y Abuelo Fuego, gracias por las oportunidades, que son siempre grandes aprendizajes. Gracias.