Me pasa cíclicamente que olvido que además de trabajar y estar con mis hijos necesito tiempo para mi, para descansar, hacer ejercicio y relajarme.
Sobretodo cuando se juntan eventos grandes en mi vida laboral y personal. Siempre he sido un buen burro de carga y trabajo por horas sin emitir queja.
Lo malo es que cuando abuso mi cuerpo si se queja. Recién acabo de darme cuenta de que todos los abusos de la segunda mitad del 2015 hicieron de las suyas en mi cuerpo.
Mi tiroides que iba súper bien volvió a descarrilarse y varias funciones más. Ahora entiendo porque me ha costado tanto trabajo bajar de peso, más bien no lo he logrado, me ha costado trabajo relajar el cuerpo y tener la energía que suelo presumir.
Todo ésto siempre sale a la luz en el marco de las terapias con mi gurú Ramón Pous, ahí se dejan ver los desajustes hormonales, emocionales y demás monerías que uno carga y que hace de cuenta que no están sucediendo.
Es maravilloso ver las similitudes que hay entre la Nueva Medicina y este tipo de trabajo. Somos puramente emociones pero se nos complica entrar en contacto con ellas. No es rico analizar lo que duele, entristece, frustra o enoja pero es ahí donde radica el secreto de lo que nuestro cuerpo manifiesta.
No debemos perder de vista que la ironía más grande que podemos tener los que trabajamos en el mundo de la salud, es enfermarnos en nombre de la salud.
Nuestra mayor labor radica en estudiar nuestro cuerpo emocional y energético.