Con este nuevo taller que tomé sobre la nueva medicina con mi amigo Nirdosh Kohra, me he dado el permiso de analizar qué pasa unos días antes o unas horas antes de sentirme inflamada, con insomnio o de detectar una pequeña tos en mis hijos. Esto que nombro son sólo ejemplos.
A mucha gente le pueden dar ataques de asma, estornudos, diarrea, infección de ojos, en fin. Pueden ser manifestaciones así de “simples” o cosas mucho más graves.
Si tan sólo nos hubieran enseñado de pequeños que las “enfermedades” no son mas que respuestas de nuestro cuerpo a una situación emocional que no supimos manejar… otro gallo nos hubiera cantado siempre.
¿Qué nos dijeron que no queríamos escuchar? ¿Qué sucedió que no nos pudimos o no queríamos tragar? ¿Qué nos hizo sentir no valorados?
El tema es que desde niños nos dicen que no lloremos, que no hagamos drama, en otras palabras, que no hagamos caso a nuestros sentimientos y así vamos separando a nuestro cuerpo de nuestro corazón hasta que dejamos de escuchar al cuerpo y simplemente no hilamos una cosa con la otra.
Estoy intentando darme cuenta de lo que me sucede todos los días para entender el comportamiento de mi cuerpo y creo que voy a volver a hacer un diario. Esta vez no sólo va a ser sobre lo que como y no me cae bien. Eso lo hice hace pocos años cuando tomé el camino que hoy ando.
Ahora voy a escribir lo que me enoja, me hace feliz, me satisface o me deja con un hueco en el estómago. Creo que ahí radican muchas de las cosas que le suceden a nuestro cuerpo y no es que nos “enfermemos”, es sólo una forma de sacar presión acumulada.
Food for thought. ¡Gracias Nirdosh!
