EN MÉXICO, UNO DE CADA TRES NIÑOS ES ABUSADO: SÍ, UNA TERCERA PARTE DE LA POBLACIÓN

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Llevo mucho tiempo sin escribir, pero en mi corazón sé que este escrito puede ayudar a muchas personas y me he decidido a hacerlo.

 

En 2011 comencé un camino de desintoxicación, un cambio de hábitos alimenticios, de rutinas en general, y una profunda introspección hacia quien soy en realidad. Mi primer cambio fue dejar la prolongada carrera que hice en el medio publicitario. Eso me dejó un espacio para poder llevar a cabo lo que mi corazón me pedía. Fui dejando costumbres y relaciones que no eran necesariamente sanas.

 

En 2013 me certifiqué como Health Coach en el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York. Leí y asistí a muchos congresos sobre salud y longevidad. Deseaba limpiar mi cuerpo y entender por qué,  a pesar de llevar una alimentación sana durante varios años, no lograba bajar al peso que correspondiera a lo que ingería. En ese momento di un vuelco a mis investigaciones y comencé a darme cuenta de la importancia de los sentimientos en todo lo que nos sucede a nivel del cuerpo físico.

 

Hoy entiendo mi historia como las películas en las que el tiempo brinca del presente al pasado de manera constante. Hace poco más de dos años tuve la oportunidad de reabrir la memoria de mi primera infancia y descubrí que fui abusada entre los cuatro y los cinco años. Eso hizo que yo bloqueara mis recuerdos. Hice terapia durante varios años y busqué de muchas formas lo que sabía que había quedado guardado por ahí. Fue hasta que mi consciente estuvo lo suficientemente fuerte para lidiar con el dolor que mi inconsciente liberó esos recuerdos.

 

De pronto tuve en mis manos las piezas de un rompecabezas que era imposible armar. Comencé a entender muchas de mis actitudes, enojos, carencias. Comprendí la raíz de un hipotiroidismo de 18 años, de un peso que no podía bajar de cierto nivel. Vislumbré tantas cosas que me han permitido re-conocerme desde lo más profundo. A partir de ese momento, mi cara y mi cuerpo han ido sufriendo modificaciones que tienen como fuente este profundo trabajo.

 

Cuando me di cuenta de que nuestra materia es moldeada por el alma y el corazón, y no sólo por lo que comemos o la cantidad de ejercicio que hacemos, me sentí más libre, menos culpable de no alcanzar mis metas establecidas mediante los estándares de belleza y salud, que normalmente no contemplan lo que nuestra alma acarrea.

 

En México, uno de cada tres niños es abusado: sí, una tercera parte de la población. Probablemente eso tenga que ver con los índices de obesidad y diabetes que existen; quizá debamos enfocarnos en sanear los corazones además de las alacenas de las casas. Es momento de hacernos conscientes y responsables de los niños, en muchos otros aspectos de los que hoy consideramos indispensables para su sano y amoroso desarrollo.

 

Por ello me he volcado a crear un espacio en el que se presenten talleres y conferencias que abran los ojos de la sociedad. Es indispensable cuidar a los niños. Es prioritario sanar a los adultos que tuvieron algún tipo de abuso durante su infancia, porque somos nosotros quienes nos hacemos cargo de los niños de hoy y debemos hacerlo desde un espacio sano e impecable.

Próximamente daré a conocer dichos eventos.

 

 

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